domingo, 6 de marzo de 2011

EL DESEO

Sabado. 0.15.

Es algo sugerente imaginarse la vida como un eterno baile de tango. Los giros, la pasión, las miradas, el tacto, la coordinación, dominar, ser dominado, hacer el amor, escapar, rechazar, arañar,esperar, sudor, desear... El deseo.
Y es algo tan raro el deseo...
Un sentir fácil de confundir con otras emociones, algo muy delicado, casi imperceptible.
Me encuentro en una situación en la que estoy dudando si sufro odio, deseo y obsesión a la vez.
Una situación en la que en pocas horas me han humillado mordiendo la almohada casi sin respirar a pasar a forzar el momento mientras bajo mis piernas agarraba a un hombre jadeando mientras le susurraba al oído a que me gritara que deseaba que le hiciera suyo.
Y así es, una guerra en una cama. Y una tregua en el sofá. En la que el sudor es bienvenido. Una guerra en la que en la oscuridad se confunden, fuerza, placer, desprecio, amor y deseo, y bailan a ritmo de Gardel.

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