viernes, 15 de abril de 2011

Extinción lúcida.


Odio la debilidad. No hay adjetivo que baje más la líbido. Débil.


El débil no es aquel que llora, no es aquel que sufre, ni aquel que tiene un vida desaconsejada-desaconsejable. Ni tan siquiera es el incapaz de resolver un problema cualquiera que sea.

El débil es el incapaz de ver la belleza, de conmoverse, de reírse a carcajadas, de reconocer la difusa línea gris entre blanco y negro. Es el que desdeña la autenticidad, el que decide tomar el baile de máscaras como línea y propósito en la vida en lugar de sentarse frente a un espejo y reconocerse, el que vive en un eterno juego de egos por no asumir errores, el que se deja arrastrar por modas, cultos y política. El que no es capaz de confrontar el problema con el opositor sin estrategias ni manipulaciones: cuerpo a cuerpo, pupila sobre pupila, voz después de voz.


Y en detrimento de la expansión de la debilidad en esta sociedad en la que co-habitamos, muchas/os nos inhabilitamos para el acto sexual, esperando que no traiga consecuencias irreversibles, y mientras tanto no malgastamos las energías de esta manera tan vulgar.

Caminamos por Off-piste, sí, puede ser, pero es que estamos a punto de la extinción, daaaarling (winking, winking)



Crazias por hatender a la bervorrhea

8 comentarios:

  1. Anónimo15.4.11

    Prefiero hablar cara a cara, pero no he tenido la oportunidad.
    No permito las amenazas, no funciono a base de amenazas.
    No le tengo miedo a nada.

    Me disculpo por haber entrado en espacios intimos donde no debería haber entrado sin invitación previa. Pensaba que tenía carta blanca. No quiero que nadie se sienta mal por culpa mía.Pero es dificil y bastante complicado aunque siempre lo intento aunque no sea posible a veces. Y si me señalan la puerta para irme ...seguiré la salida con o sin líbido. Eso es secundario independientemente de la actividad sexual que tenga uno diariamente.
    Y gracias compartidas por entender o por lo que sea que fuera y donde fuese.

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  2. Anónimo15.4.11

    No tengo tantos lios de faldas,
    no tomo drogas,
    llevo una vida muy sana de la que estoy profundamente satisfecho.

    Pero me niego rotundamente a interpretar el papel de follador satánico.

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  3. No has tenido la oportunidad porque no hay nada que confrontar.

    No hay nada. Nunca lo ha habido. Nunca lo habrá. Tal y como te dije en su momento pero con más tacto, del que ya -por cierto- carezco porque se me ha acabado la paciencia después de tantos meses.

    "Agua que no has de beber, déjala correr."

    El tema está zanjado, finiquitado, muerto y enterrado.CAPUT.

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  4. Anónimo15.4.11

    Eso está , estaba y estará muy claro. Pero que sepas que puedes ir cuando quieras y cuando te apetezca porque simplemente a ti te gusta y lo haces muy bien.... Y cuando vayas no estaré por no molestarte .

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  5. Por muy claro que esté, creo que el concepto "déjame en paz" no se entiende del todo.

    Es una decisión que he tomado la que tu nombre no aparece por ninguna parte, así que no te preocupes ni lo más mínimo.

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  6. Diego15.4.11

    Los hay que las cogen al vuelo.

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  7. El caso que estoy to' enmongao y no sé por qué me acordaba del blog este y de Nantes es persona -porque como persona que es mola- y yo qué sé que qué sé yo. El tema, como decía, es que, ¡argh! ¿Cómo decirlo? VIVIR. Debilidad es miedo a vivir intensamente. E intensidad es mirar a los ojos y decir: mírame. Y digo intensidad y no fortaleza porque intensidad es más bonito, y punto. Porque no estoy pensando en el esquema debilidad-fortaleza sino belleza y más belleza y continuidad y blah, qué cojones.

    Bueno, qué cojones ni qué hostias.

    "Mírame, mírame y enséñame tus ojos bailar".

    Eso es lo que venía a decir y lo demás es paja.

    Adiós.

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