miércoles, 15 de diciembre de 2010

Breaking up. New building.





Una ruptura. Un nuevo edificio.

Aparte de la mía a principios de año, últimamente se están sucediendo muchas rupturas a mi alrededor, supongo que es un ciclo habitual que se ve contagiado por los demás. A veces se rompe una gran pareja por algo ínfimo y pasajero que en su momento parece un mundo, otras por un hecho tan evidente que es imposible pasarla de largo, y otras porque simplemente ambos conyuges toman caminos distintos; pero nunca hay que encuadrarlas sistemáticamente y meterlas en una cajita con etiqueta.
Todo el mundo suele tener opiniones con respecto al tema y todas suelen ser muy poco esperanzadoras, pero no hay que olvidar que no somos máquinas y que, tanto al principio como al final, albergamos la pequeña esperanza de que esa persona que ya no está se convierta en todo lo que queríamos que fuese para nosotros.

Pero tengo dudas, muchas, por lo que veo a mi alrededor, todo es confuso. Las etapas de luto pos-ruptura son completamente necesarias para crecer, y se evoluciona más que cuando todo es un cuento de hadas. Reflexionas sobre ti mismo, adquieres nuevos hábitos, descubres todas las medias verdades, las amistades que te rodean, o a lo mejor es que yo soy demasiado mística cuando estoy bien jodida, pero te das cuenta hasta de toda la vida que te rodea. Entonces, ¿cuándo es demasiado? ¿cuándo es el tiempo de dejar de sufrir por lo que nunca pasará? ¿existe el método perfecto? ¿cuándo hay que dejar de intentarlo?

No vivimos en una película de Hollywood, todo no pasará y volverá renovado para hacernos felices, pero tenemos la horrible costumbre desde la adolescencia de buscar a la persona perfecta para que nos acompañe el resto de nuestra vida, para formar una familia, para sentarnos en un banco del parque y envejecer juntos; ¿no sería más sano simplemente vivir?

A día de hoy puedo decir convencida que todo ha pasado, y que mi nuevo edificio está repleto de luz. Porque no hay mal que cien años dure, ni cuerpo que lo aguante.

3 comentarios:

  1. ¡Qué gran entrada! Creo que todas las colaboradoras del blog nos vemos reflejadas en mayor o menor medida en esto (yo bastante). Pero de todo se aprende y salimos renovadas y más fuertes. Ahm y con los pies más bonitos...

    ResponderEliminar
  2. Creo que lo mejor de todas esas preguntas que te haces es que ninguna tienen respuesta. Y eso es lo realmente brutal de esta cosa que hacemos... Ya sabes, lo de respirar, estar por aquí...

    ResponderEliminar
  3. Pues quiero respuestas Héctor, las necesito.

    ResponderEliminar

¡Escúpelo!