domingo, 19 de diciembre de 2010

Cuentas Pendientes


Tod@s tenemos al menos una persona que es una especie de cuenta pendiente en nuestra vida. No se trata de quererlo como pareja, es la necesidad de "tenerlo", como dice una de las colaboradoras de este blog de que sea "una muesca en tu revólver". En ocasiones es incluso una persona constante en nuestras vidas pero por distintas razones ese encuentro no ha tenido lugar. Hay cierta sensación entre ambos de "yo quiero y tu quieres" pero o alguno no ha podido o no os habeís atrevido. Hay miradas, sonrisas y comentarios que te hacen pensar que el otro lo desea tanto como tú.

Respecto a las chicas es cierto que normalmente los chicos cruzan una línea tras la que son vistos como "sólo amigos", pero a veces siempre nos queda respecto a algunos la idea subyacente de deseo. También está el caso del chico al que no conoces con el que intercambias miraditas y alguna sonrisa, luego acabas intentando investigar su nombre y algún dato más sobre él e incluso vuelves al sitio donde sueles verlo para "encontrartelo". Como ya he dicho, otras veces no se da una situación de disposición coincidente, cuando él está disponible tú tienes pareja o viceversa.

Puede que dejes pasar demasiado el tiempo y acabes llegando a un punto en el que te resulta más complicado dar el paso, por la relación que se ha establecido entre vosotros o un poco por puro orgullo (si él no ha dado el paso...). Pero como aunque sea un capricho resulta una apetencia que se mantiene y nunca deja de rondarnos, puede que sea mejor intentar quitarnos esa espinita de una vez por todas.

2 comentarios:

  1. Yo me las he quitado, aunque años más tarde. Algunas se me han olvidado, otras han pasado a la lista negra, y a otras las llevo por bandera.

    Son muchas, porque siempre he sido muy cobarde.

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  2. MenteSucia20.12.10

    Cuán necesaria es... y estúpida e inútil en muchas ocasiones: la -puñetera- vergüenza, el pudor, el miedo a equivocarse...

    Cuando seamos viej@s nos arrepentiremos enormemente del monton de cosas que pudimos hacer y al final no hicimos por culpa de tonterías insignificantes, que en su momento, parecían un mundo...

    Cómo de egoísta es el orgullo, y tan bendito el perdón. No nos damos cuenta de valores básicos y a la vez cruciales en la vida.

    Cuando hayamos aprendido -tan solo unos párrafos de- la lección, posiblemente ya sea tarde...

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