jueves, 23 de diciembre de 2010

Distancia y convivencia.



Existe el tópico de que las relaciones a distancia no funcionan, pero ¿es realmente así? Es decir, si la distancia rompe el amor por la falta de contacto diario, ¿no lo hace también la convivencia por el exceso de contacto, por hacer del amor algo cotidiano e infravalorarlo? ¿Dónde está el punto intermedio, adecuado, que nos satisfaga y complete a todos?

Podríamos decir que el noviazgo es lo adecuado, pero cuando se tiene cierta edad o ciertas circunstancias, es una opción inválida después de X tiempo. En mi caso, el espacio de tiempo entre noviazgo y convivencia cada vez es menor cuando hay amor; tal vez sea porque no tengo tiempo que perder, y es la digna prueba de fuego, o porque soy impaciente por naturaleza.

Entonces, ¿qué se hace cuando la distancia es una circunstancia permanente y es un todo o nada? Si somos bastante jóvenes ¿por qué nos sentimos tan viejos? ¿por qué lo queremos vivir todo de golpe? El sexo con la persona interesada en cuestión, es evidentemente imposible, lo que nos lleva a saciar necesidades en cualquier rincón, y amamos al lejano a través del cercano ¿Abandonamos o sólo dejamos nuestra vida anterior para emprender la aventura de cero? ¿Las estadísticas sirven para algo?

Al fin y al cabo, hagamos lo que hagamos seguimos con una chispa en la boca del estómago que es complicada de ahogar, allí o aquí, da igual.


[Escucho: Anni B Sweet - Lalala
Img: Caffé Latte
]

1 comentario:

  1. MenteSucia24.12.10

    El amor puede llegar a ser infinito, no conoce fronteras y no abandona por la espera, incluso en el más allá.
    Pero el sexo es exigente, no soporta las esperas, odia la indisposición ajena, puede llegar a ser irritante para luego dar placer. Es interesado y caprichoso. Lo único que le importa es saciar su sed aunque a veces le gusta dar de beber... Y cuando le combiene, no conoce a nadie...

    ResponderEliminar

¡Escúpelo!