
Esta mañana me ha llamado Toñi, o así se hacía llamar la teleoperadora en cuestión y me ofrecía este "terminal" como ella decía con una oferta en facturas alucinante.
Todo era maravilloso hasta cuando habló de los contratos de permanencia.
Si lo rompo, tendré que abonar una cantidad bastante costosa...
El problema es que en septiembre me iré a vivir al extranjero un año, y si deseo esta oferta tan sugerente y atractiva solo podré disfrutarla unos mesecitos, luego tendré que pagar una cifra de cojón de mico.
Por otra parte, mi antiguo terminal, la Blackberry, no está tan mal, da sus problemas, pero he visto que le tengo mucho cariño y lleva mucho tiempo junto a mi, se puede decir que no me ha traicionado jamás. Además, físicamente es muy atractiva y me ha sido útil en gran medida.
Toñi, tuvo un momento que se asustó porque me hablaba y no respondía.
Reflexioné: ¿cómo la elección puntual de un "terminal" a día de hoy, puede ser tan semejante en este instante a mi vida sentimental?